Seguidores

miércoles, 29 de febrero de 2012

Novedades

Buenaas!!!!! Bueno, lo primero de todo es que no se si alguien puede ver la columna de la derecha con todos los gadgets y demás pero bueno... viendo que no puedo resolverlo, me resigno xD
Todo aparece en la parte de abajo del blog, o al menos así lo veo yo y se pone en su sitio cuando pasas a entradas más antiguas, por ejemplo, cosa que sigo sin entender pero como digo, me resigno ya que soy incapaz de arreglarlo.
La cosa es esta, por ahí (abajo o a la derecha, dónde sea que le apetezca salir jaja) puse una imagen con una breve descripción debajo de lo que es. El caso es, me he puesto con la historia, que, contra todo mi pensamiento inicial de hacerlo un tanto "fantástico", será una historia de lo más corriente en cuanto a que no aparecerán hadas, ni dragones, ni magos, ni vampiros ni cosas de ese estilo jaja Tengo escrita lo que sería la sinopsis (que por cierto, me he dado cuenta de que las sinopsis no son lo mío xD) y el primer capítulo casi acabado, que es más bien larguillo y creo que lo subiré en dos partes si sigo escribiendo algo más de él, ya veré eso. Y los demás capítulos... pues según tenga tiempo e inspiración los escribiré. La sinopsis la subiré mañana o pasado, antes del finde.
Pues nada, un beso. Bye!
PD: Si alguien está leyendo el blog, por favor que de señales de viva, me da la impresión de que escribo para nadie (y puede que así sea) pero bueno. Chao! =)

jueves, 23 de febrero de 2012

SOS

Como todos podréis ver, las barras laterales están vacías. Y ahora es cuando yo pregunto, ¿qué narices está pasando con blogger? En serio, no se si soy la única a la que le están pasando cosas raras últimamente, y aunque hago por arreglarlo, no tengo ni idea de qué es lo que pasa, y después de dar mil y una vueltas he decidido recurrir a los bloggeros, así que, por caridad, decidme que mi blog no es el único loco.
Espero respuestas, a ver si consigo arreglar esta locura.
Un beso a todos, y perdonad por mi mini-locura-momentánea, pero de verdad, esto me tiene obsesionada por conseguir arreglarlo jajaja
Bye!

martes, 14 de febrero de 2012

Un adiós por San Valentín

Y allí me encontraba yo, con una diminuta caja blanca en la mano acompañada de un colorido lirio naranja y un pequeño sobre que parecía gritar “¡ábreme!”, algo para lo cual mi mente no encontraba fuerzas. Maldito él y maldito día de los enamorados. Me dispuse a abrir la cajita con premura -en el fondo quería ver lo que tan cuidadosamente guardaba en su interior- pero durante unos minutos, que parecieron eternos, mi propio raciocinio me lo impedía. Así, tras sacar el valor del lugar más recóndito de mi cuerpo, o simplemente venciendo mi curiosidad a mi razón, levanté con cierto temor la pequeña tapa, mostrando bajo ella aquel brillante llavero de plata que representaba un corazón con nuestros nombres grabados, el mismo que semanas antes había estrellado contra la alfombra de su habitación junto con las llaves de su piso. Lo agarré entre mis dedos con delicadeza, era verdaderamente precioso, siempre lo había sido, pero no lo quería conmigo. Lo aparté a un lado en un vano intento de impedir que las lágrimas afloraran a mis ojos, y agarré el lirio con ambas manos, acercándolo poco a poco a mi cara, aspirando entonces su dulce aroma. Siempre adoré esa curiosa flor, pues su suave fragancia de azahar me llevaba a recordar los felices días de mi infancia en la finca de mis abuelos, rodeada permanentemente de lirios de la mañana como aquel. Por último, con manos temblorosas deslicé el dedo índice por la apertura del sobre, tratando de posponer durante unos instantes el momento en el que leería las palabras que allí estaban plasmadas. Cuando mis dedos ya rozaban el fino papel de la carta, el irritante pitido del timbre me hizo dar un respingo, levantándome, casi involuntariamente, de mi mullida cama. Me acerqué a la puerta y observé a través de la mirilla, aún ya sabiendo de quien podía tratarse. Y entonces me desplomé, dejé mi cuerpo deslizarse hasta el suelo sin tan siquiera evitar el ruido que delataba mi presencia.

-Rosse. Por favor, abre la puerta –la suave y amable voz de Daniel inundó mis oídos como si fuera el más bello sonido y también el más anhelado por mi cuerpo, que instantáneamente liberó la tensión acumulada durante semanas-. Por favor, sé que estás ahí, solo abre la puerta, o habla conmigo al menos –su melodiosa voz denotaba tristeza mientras me imploraba.


-No. Vete Daniel, por favor. Vete –mi débil voz suplicaba algo que en fondo no deseaba, pero las cosas debían ser así, lo sabía, y no podía cambiar de opinión.

-Esperare día y noche si es necesario. Algún día saldrás, aunque me lleve semanas conseguir hablar contigo –su voz firme y decidida no hacía sino resquebrajar aún más mi corazón, pulverizando los diminutos fragmentos en los que ya de por sí se había roto.

Un suave roce al otro lado de la puerta me hizo suponer que había tomado la misma postura que yo, apoyada contra la puerta. Debía marcharse de allí, tenía que ser así, pero no lograba averiguar cómo conseguir mi objetivo. Los sollozos se hicieron paso a través de mi garganta y, de nuevo, él.

-Rosse, por favor. Necesito una explicación. Abre la puerta. Prometo que después me iré –la angustia y desolación que destilaban sus palabras formó un nudo en mi pecho-. Déjame verte una vez más, por favor. Lo necesito.

Los minutos pasaron mientras nuestras respiraciones se acompasaban y sus últimas palabras se quedaron flotando en el aire. Aquello tenía que acabar, no podía vivir pegada a una puerta, con las lágrimas humedeciendo permanentemente mis ojos y sintiendo su corazón a tan solo unos centímetros de mí, separada de él por algo tan simple como una puerta. La razón se impuso a mi corazón, haciéndolo callar con algo parecido a la amenaza por un nuevo dolor. Abrí la puerta sin vacilar, haciendo caer a Daniel de espaldas, para que después me observase con sus profundos ojos.

-Rosse…

-¿Querías una explicación? La tendrás –solté casi cerrando los ojos. Y de repente recurrí a mi mente, buscando la historia más dañina y rastrera que pudiera encontrar para romper su corazón por completo y que se despojase de todo sentimiento hacia mí, pero mi imaginación y mi corazón no quisieron cooperar, por lo que tan solo… -ya no te quiero. Ahora vete y olvídate de mí, para siempre.

Empujé la puerta para cerrarla, pero su pie me lo impidió. Su mirada rota y amarga acabaría por destruirme por completo si no conseguía cerrar aquella puerta. Y de repente, y en apenas un instante, agarraba mi rostro con una mano y mi cintura con la otra mientras me besaba lentamente, como solo él sabía, pero esta vez con un sabor a despedida, un sabor en el que ya no había esperanza, solo dolor. Se alejó de mí con pesar y se fue por dónde había venido, dándome la oportunidad de cerrar esa puerta que pondría fin a nuestro amor, y que si cerraba, jamás volvería a abrir para él. Regresé a la cama y me dejé caer, y también morir, lo mismo daba, aún así el tiempo estaba en mi contra y la temida dama fría podría llevarme con ella pronto como de hecho lo hizo, sin dejarme tiempo a leer aquella nota que esperaba paciente junto a mí, en cuyo interior reposaba un austero pero magnífico “te quiero” que luchaba por ser leído por mí.