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lunes, 23 de julio de 2012

Asamblea en el Olimpo

Bloggeros y bloggeras, aquí os dejo el relato mitológico que tenía pendiente. Como no estaba muy específico qué me pedía Kashmir exactamente, he pensado que incluir a los doce dioses principales (Los Olímpicos: Zeus, Hera, Hades, Poseidón, Artemisa, Apolo, Hermes, Ares, Atenea, Dioniso, Afrodita y Hefesto) en una Asamblea en el Olimpo daría una perspectiva un poco general de cómo son y las relaciones que tienen. Pues nada, espero que os guste y que haya conseguido plasmar lo que quería. 
Saludos :)

Asamblea en el Olimpo

El ajetreado sonido de algo muy parecido a una fiesta repiqueteaba en las paredes de aquel enorme salón que parecía hecho de cristal. Enormes y lujosas columnas talladas en mármol se repartían por todo el perímetro de la estancia, dejando en el centro un gran espacio donde estaban situados una docena de hermosos tronos hechos de madera, flores, joyas, plata y otros muchos y diferentes materiales, en los que nadie estaba sentado.
-¡Silencio! –la impetuosa voz de Zeus dejó tras de sí un silencio sepulcral en la sala-. Esto no es una fiesta en la que corre la ambrosía y hablamos de trivialidades, se trata de una Asamblea, y hemos de tratar temas de importancia.
El dios entró por la majestuosa puerta de madera bañada en oro que se encontraba tras su propio trono, en el que, tras unos instantes de tensión durante los cuales Zeus caminaba y nadie emitía sonido alguno, se dejó caer con la elegancia propia de los dioses. Aún en silencio, el resto de los presentes observaban a Zeus con cierto recelo en la mirada, ¿a qué dios no le ofendía el ser silenciado? Finalmente, Hera aclaró su garganta y habló:
            -Comencemos con la Asamblea pues –dijo mientras tomaba asiento e indicaba al resto con un leve movimiento de cabeza que hicieran lo mismo.
            Una vez todos se hubieron sentado, Dioniso chasqueó los dedos, apareciendo un instante después 6 bellas ninfas vestidas con largas túnicas rosadas de una muy ligera tela que rápidamente entregaron copas de vio y ambrosía a todos los dioses. Cuando estas salieron de la sala Apolo dio dos rápidas y secas palmadas que dieron comienzo a una suave música procedente de ninguna parte en concreto, que establecía una reconfortante calma en el salón pero permitía sin problema alguna la conversación.
            -Está bien –comenzó Zeus-, todos sabemos cual es el primer punto a tratar. ¿Hera? –el dios dio entrada a su esposa con un leve asentimiento de cabeza.
            -Dioses –Hera dio comienzo a su discurso a la par que se ponía en pie-, como todos sabéis, los Gigantes han despertado, y nuestro hogar está en peligro. No se detendrán hasta haber arrasado el Olimpo y no temen nada, pues nada que perder tienen. Nuestra única esperanza es combatir hasta el último aliento, convocar a todos los dioses, ninfas y seres que puedan luchar por nuestra causa, antes de que los Gigantes destruyan todo lo que tenemos. Jamás perdonaremos a Gea su afrenta hacia nosotros y, si vencimos a los Titanes, seremos capaces de enfrentarnos a todo.
            Cuando Hera finalizó su pequeño discurso los dioses estallaron en vítores y aplausos, exceptuando a Zeus, quien tomó lugar junto a su esposa y alzó la mano para acallar los gritos.
            -Mi esposa está en lo cierto –admitió el dios-. Vencimos a los Titanes y venceremos a los Gigantes cueste lo que cueste.
            -Pero padre –dijo Atenea repentinamente-, el oráculo anunció que los Gigantes no pueden morir a manos de un dios –su voz sonaba firme pero tenía un deje de preocupación.
            -¿Entonces quién podría acabar con sus vidas? –preguntó Poseidón con sorna-. ¿Acaso creéis que los mortales pueden vencerles? Ni aunque fuera un solo Gigante podrían matarlo, y menos sabiendo que los Gigantes tienen el apoyo de Gea.
            -Maldita Gea –espetó con furia Ares.
            -Sí, maldita ella y maldito ese brebaje que creó –añadió Hades con el rostro ensombrecido-. Si los Gigantes lo encuentran será imposible del todo vencerlos –dijo casi gritando.
            -¿Brebaje? –preguntaron Afrodita y Hefesto a la vez, hecho por el cual se miraron con odio y recelo. El resto de dioses los miraron y reinó el silencio.
            -¡Basta! –gritó Zeus enojado-. Vosotros dos –señaló a Hefesto y Afrodita-, no comencéis una guerra sobre engaños en este momento. Dejad las infidelidades en el pasado.
            -Él es el que más sabe sobre ello sin duda –susurró Artemisa con humor al oído de su hermano Apolo.
            -¡Artemisa! –la reprendió este, a lo que ella respondió rodando los ojos y encogiéndose de hombros.
            -He dicho basta –repitió Zeus enviando una mirada de advertencia a la diosa-. He puesto fin al problema del brebaje. Nada puede hacer inmortales a los Gigantes ahora –aclaró con más calma en su voz.
            -¿Cómo? –dijo Hermes, quien hasta entonces había permanecido en silencio.
            -Con la ayuda de Helios, Selene y Eos –contestó Zeus-. Ya solo necesitamos encontrar un mortal capaz de derrotar a los Gigantes, y deprisa, antes de que consigan llegar al Olimpo.
            -¿Un mortal? ¿Te has vuelto loco? Ningún mortal tiene la fuerza necesaria para enfrentarse a ellos –dijo Ares sonando enojado.
            -Ni la fuerza ni el valor –añadió Atenea.
            -Cierto, un simple mortal no vencerá a semejantes oponentes –admitió Poseidón-. Y los Gigantes no pueden morir a manos de un dios –caviló en voz alta-. Pero nadie dijo nada de un semidios –sentenció con una ligera sonrisa asomando entre sus labios.
            -Buen pensamiento, hermano –asintió Hades.
            -¿Un semidios? –preguntó Afrodita con interés-. ¿Cómo quién?
            -Nauplio, Hipotoonte, Pelias y Neleo son hijos míos –dijo Poseidón-, y, por tanto semidioses –sentenció con calma.
            -Tienes suerte de que Anfítrite no se encuentre en la sala o sufriría un desmayo –bromeó Dioniso a sabiendas del débil y frágil carácter de la diosa.
            -No mentes a mi esposa –dijo Poseidón con un deje amenazante en su voz.
            -No nos desviemos del tema –interrumpió Atenea tratando de evitar un enfrentamiento-. Tus hijos no son lo suficientemente fuertes –dijo sin malas intenciones mirando a Poseidón.
            -¿Entonces? –preguntó Hermes con preocupación.
            -Zeus –dijo Hades como toda respuesta, por lo que todos excepto Hera dirigieron al mentado miradas interrogantes.
            -Heracles –resolvió Hera aún sin levantar la vista y destilando un profundo odio en su voz.
            -Sí, él podría vencer a los Gigantes –dijo Atenea.
            -Y serás tú quien le de aviso de lo que debe hacer –informó Zeus a la diosa-. Parte ya, hija. Con premura.
            -Como desees –asintió ella, saliendo un instante después por la puerta.
            Cuando la puerta se cerró, el silencio reinaba en el salón. Los once dioses que allí había permanecían sentados, con una mirada seria en el rostro mientras cavilaban interiormente sobre la guerra que pronto tendrían encima.
            -Solucionado esto pues –Zeus rompió el silencio-, pasemos a temas de menor importancia.
            -Claro –contestaron a su vez los demás tomando posturas más cómodas en sus tronos.
            -Tengo entendido que tenemos a una ninfa transformada en osa por designio de nuestra intrépida Artemisa –dejó caer Hades con una sonrisa pícara en su rostro, sabiendo que sus palabras habían sido la llave para abrir la puerta a un nuevo enfrentamiento.
            -Cierto –dijo Hera con una punzada de dolor y resentimiento en la voz-. Una desgracia para otra de las amantes de mi esposo, como no.
            Y tras estas palabras se desató el caos. Pero nadie le dio mayor importancia. Siempre surgían problemas cuando se mentaban a las amantes de Zeus y sus bastardos, esto solo sería uno más a añadir a la larga lista de engaños del dios.

5 comentarios:

  1. Es perfecto Ainhoa! (: Me gustó mucho, además de que Afrodita & Hefesto me los imagino de una manera muy divertida xD

    Siempre me he preguntado cómo es que Hera puede soportar a Zeus D: Los dioses tienen cada lío amoroso x)

    Muchas gracias por hacer este relato, te quedó muy bien!(:

    Por cierto, ¿cada cuánto subes capítulo de Besos de Rubí? *_*

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  2. Que hermoso lo que escribís! Muchisimas gracias por estar siempre presente en mi blog, de verdad lo valoro un montón! Amé la canción de coldplay que sonaba mientras leia este tan lindo texto! Un besito linda! Nos leemos :D

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  3. Hola... me pasé por aquí gracias al Blog de Kash :P! me gusto el escrito :'D me acuerdo que en la prepa me encargaron un trabajo de Mitología Griega! D: tuve que leerme un libro entero de todos ellos D: x'D hahaha y me interesó mucho toda su cultura C: creía que todo sería tan lindo como en la pelicula de Hercules hahaha! él que me caía mal era Zeus, siempre engañando a su esposa! y ella se dejaba e_é! es como que arrg! hahaha no me acuerdo mucho de los demás pero fue interesante aprender de aquellos temas :'D siempre se aprende algo c:

    Bien!, espero y puedas pasarte por mi blog, estoy publicando una novela, me encantaría que la leyeras, un critica, un cumplido, lo que sea, si después de leer deja de interesarte no importa (: :PP
    Espero pronto una nueva entrada c: Un saludo.

    Virialt-

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