Bloggeros míos!!!!!!!!!!!! Vale, tengo que decir que lo siento, porque estoy muy pero que muy distraída últimamente, y no me concentro para escribir de la historia. Tengo relatos sueltos, mil ideas y muchas ganas de escribir, pero por unas o por otras acabo dejándolo para el día siguiente, y así día tras día. Así que voy a intentar centrarme, empezar a llevar más al día la historia (y de paso también los estudios, que estoy siendo un poco vaga jaja) y tener el blog un poquito más activo ^.^
Bueno, y no tengo más que decir, aquí os dejo con la segunda parte del capítulo 8, que la verdad, me parece poco sustancial, pero hay que dar fin al capítulo y las cosas que van a pasar no serán hasta el siguiente jaja
Un beso gentecilla mía!!! :D
Capítulo 8 (parte 2): Siena
-Parece una chica
encantadora –la voz de Apprile era suave, como una brisa fresca-. No me habías
hablado de ella.
-No hay mucho que hablar –dijo Domenico
despreocupado-. Es una compañera de negocios, tampoco hace mucho que la conoz…
-no terminó la última palabra, dándose cuenta de que el hecho de que apenas
conociera a Cassandra le llamaría la atención a su madre.
-¿No hace mucho que la conoces? –preguntó
ella con voz escéptica.
-En realidad no –confesó él con un
suspiro.
-¿Y por qué la has invitado? Hace ya
tiempo que no traes a nadie a casa, mucho menos a alguien que apenas conoces.
-No lo se, simplemente sentí que
tenía que hacerlo –dijo él escéptico.
-¿Tenías que hacerlo o querías
hacerlo?
-Puede que ambas cosas –se dirigió
hacia la barra del bar nacarada que había en el extremo opuesto de la
habitación y sacó un frasco con un licor ambarino.
-¿Licor a estas horas, Domenico?
–había reproche en la voz de su madre.
-Tan solo me apetece un trago
–contestó él restándole importancia al asunto.
-Nunca bebes por la mañana, ¿por qué
hoy sí?
-No lo sé –bebió del vaso con
avidez.
-Te preocupa algo –no era una
pregunta.
Domenico evitó la mirada seria de su
madre, quedando de espaldas a ella y tomando otro largo trago del vaso. Sabía
que ella tenía la mirada clavada en su espalda, frunciendo el ceño, tratando de
averiguar lo que pasaba por su cabeza en esos instantes. Pensó burlonamente que
esa seria una tarea dura para ella, pues ni él mismo tenía claro qué
pensamientos cruzaban por su mente, ni la relación coherente que pudiera haber
entre ellos.
-He dejado a Cassandra en su cuarto
–anunció Alice con su característica voz alegre-. Creo que está un poco
abrumada.
Domenico se giró hacia ella, que
bajaba las escaleras con gesto pensativo.
-¿Qué le has dicho, Alice? –preguntó
preocupado.
-Nada, cosas de chicas –dijo con voz
despreocupada-. Solo necesita instalarse.
-¿Seguro?
-Tan sobrepreocupado como siempre,
cariño –intervino Apprile jocosamente-. Seguro que Cassandra está bien, solo
necesita instalarse.
-Como digas –respondió no muy
convencido-. Voy a subir a mi cuarto.
Apprile le dio un leve beso en la
mejilla a su hijo y le instó a subir las escaleras con una sonrisa dulce en el
rostro. Alice desapareció por la puerta de la cocina y regresó instantes
después con un pequeño cuenco repleto de bombones.
-Si esta familia acaba arruinada será
por tu adicción al chocolate suizo, pequeña golosa –dijo Apprile riendo al
tiempo que cogía una pequeña esfera de chocolate blanco entre el índice y el
pulgar.
-¡Eh! –Alice escondió el recipiente
tras de sí mientras sonreía burlonamente, y la mujer mordió un trozo del dulce
chocolate.
-Voy a meter la carne en el horno
–informó Apprile posando una mano en el brazo de su hija-. Y tú sube a
cambiarte –añadió señalando los arrugados pantalones cortos azules y la
camiseta blanca de tirantes que llevaba la joven puestos.
-Claro –aceptó ella sonriente-. En
seguida bajo –y caminó hacia las escaleras con paso rápido.
…………………………………………………………………..
Domenico cerró la puerta de su
habitación tras de sí con un golpe seco. Hasta él comenzaba a pensar que
invitar a Cassandra a viajar con él a Siena había sido un error. Era cierto que
hacía años que nadie iba a casa de sus padres como invitado suyo, y el hecho de
llevar con él a una mujer que apenas conocía sabía que sorprendería a todos,
pero no estaba dispuesto a verse interrogado las veinticuatro horas del día.
Se acercó al gran
armario de madera negra que se encontraba junto a la cama y comenzó a guardar
la ropa que llevaba en la maleta. Tan solo esperaba que la conversación durante
la comida fuera tranquila, y que su hermana y su madre no les atormentaran a
ambos con preguntas de difícil respuesta. Domenico suspiró y se rio por su
propia ocurrencia, era muy probable que sus temores se cumplieran.
-¿Mimmo? –la voz de Alice lo sacó de
sus pensamientos-. ¿Puedo pasar?
-Claro.
La joven entró con su habitual
vitalidad, haciendo ondear el bajo de su corto vestido aguamarina. Llevaba el
pelo dorado en un sencillo recogido, dejando escapar algunos rizos desordenados,
y los labios pintados de un intenso rosa.
-¿Qué haces tan arreglada? –preguntó
al percatarse de las sandalias de tacón que llevaba su hermana.
-Después de comer saldré con Filippo
–le informó ella con sonrisa pícara.
-¿Filippo? ¿No salías con un tal
Giorgio? –preguntó él escéptico.
-Eso fue hace ya un mes, Mimmo, y
Filippo es solo un amigo, por el momento –añadió y emitió una risa infantil-.
Voy a ayudar a mamá con la comida, no tardes en bajar –y salió precipitadamente
por la puerta mientras reía.
Su hermana acabaría por matarlo con
el vaivén de relaciones en el que estaba metida. Él tan solo se preocupaba por
que estuviera con buenos chicos, mientras ella insistía con buscar rebeldes de
pelo largo y sonrisa pícara que aumentaban la locura de la joven. Alice seguía
siendo una niña, a pesar de su figura esbelta, su grado en Derecho y su capacidad
para escuchar y aconsejar a los demás. En el fondo Domenico sabía que su
hermana tenía toda la razón acerca de sus sentimientos, y que lo entendía mejor
que nadie, pero era más fácil culpar a su alocada imaginación como detonante de
todo y olvidar así que hacía mucho tiempo que no le sudaban las manos al estar
frente a una mujer.
-¿Domenico? –de nuevo se vio
interrumpido por una voz femenina, pero esta vez no era la de su hermana.
-¿Cassandra? –se giró sorprendido al
reconocer la voz.
-Lo siento, es que Alice no está en
su cuarto, y no sabía si bajar al salón o… -se interrumpió a sí misma ante la
mirada de Domenico-. ¿Ocurre algo?
-No, nada, tranquila -contestó rápidamente con nerviosismo-. Espera fuera
un momento, en seguida salgo y bajamos al salón –le dijo con una dulce sonrisa.
-Está bien –aceptó ella saliendo de
la habitación y cerrando la puerta tras de sí.
Domenico cerró las puertas del
armario en un rápido movimiento y cambió la camiseta que llevaba por una camisa
que había dejado sobre la cama. Terminó de abrochar los pequeños botones y
abrió la puerta de la habitación con una sonrisa en el rostro. Cassandra estaba
apoyada en la pared, a su izquierda, tecleando rápidamente en su teléfono móvil
y sonriendo con nostalgia. A Domenico le pareció que nunca la había visto tan
guapa, con un vestido corto de color blanco y unas sandalias bajas negras, su
pelo largo y rojo trenzado hacia un lado y los labios, como siempre, rojos.
-¿Lista para bajar?
Ella levantó la mirada rápidamente.
-Claro –sonrió-. Estaba leyendo un
mensaje de mis hermanos –añadió señalando el móvil.
Domenico se limitó a asentir y
sonreír, y se dirigió hacia las escaleras seguido de Cassandra, y bajaron con
tranquilidad. Lo único que ambos esperaban era que todo transcurriera con
normalidad y, aunque ellos mismos no lo supieran, que las miradas de
complicidad que acabarían intercambiando durante toda la comida no se notaran
mucho a los ojos de los demás.
Ainhoaaaaaaaaaaa♥
ResponderEliminarTe extrañaba como no tienes idea! También he estado desaparecida y he postergado mucho lo de escribir xD Es que ya quiero que lleguen las vacaciones para recuperar energías suficientes y volver a estar al corriente en blogger. Ahorita tengo que salir peroooo en cuanto vuelva leo el capítulo, también extrañaba tu novela♥
Kash!! ♥
EliminarPor aquí se te echa un montón de menos!! ¿Qué tal te va todo?
Te entiendo, yo ando con el tiempo justísimo con todo el lío de la uni y trabajos, exámenes, salir.. jaja Sí, que la vida social es importante. Pero a ver si me voy centrando y dándole a casa cosa su tiempo, que con organización todo se puede ^.^
Extraño tu novela tantísimo!!!! Pero bueno, lo primero es lo primero, espero que te vaya todo genial :D
Un beso!!
¡Lo he leído ya! :DD Extrañaba a ese par *--* y, corrígeme si me equivoco, es el primer capítulo o bueno, la primera entrada donde ambos están juntos y no se han tratado de matar mutuamente (aunque bueno, fue sólo un pequeño momento el que compartieron)
EliminarAlice me agrada mucho, es un personaje muy divertido <3
Creo que Domenico debería dejarse llevar:3 ¡Ya quiero ver que más pasa entre ellos!
Y tranquila Ainhoa ¡ya falta poco para las vacaciones de invierno! Podemos sobrevivir estas últimas semanas al tiempo tan ajustado que nos causa la escuela ¬¬
Te mando un abrazo enorme!
No te corrijo porque llevas razón, es el primer capítulo en el que no se matan estando juntos jaja
EliminarEscribir y pensar el personaje de Alice me encanta. Me parece que le da alegría a la historia y libera tensiones jaja
Lo malo de la universidad es que según vuelvo de las vacaciones empiezo los exámenes finales, así que muy sobrada de tiempo no voy, pero poquito a poco todo se puede jaja Ya voy organizándome mejor y tengo cositas escritas :D
Un beso!!!
Noaaaaaaa, al fin puedo leer tu Capi *-* y debo decir que me encantó ^^.
ResponderEliminarNada, encuentro hermosa la relación que tiene su madre con Domenico, es una adorable... Y su hermana mm me cae bien, pero a veces como que me hace levantar sospechas, pienso que algo planea jajajaja.
Y eso, espero que luego de la cena salgan a caminar y tengan una velada increíble, en el campo, bajo la luz de la luna y las estrellas, así todo romántico *-* jajajaja
Yaaaaa, cariño, siento mi ausencia, pero ya volví y ahora no me vuelvo a ir❤. Chau, un beso!